A menudo pasa, vender tu vieja bicicleta para hacerte con una nueva es siempre una buena idea, pero, a veces puede ser también, un proceso tedioso y no exento de algunos problemas.
Si te has visto en esa situación, seguro que ya sabes todo lo que implica: hacerle unas buenas fotografías, subirla a alguna de las plataformas de compraventa de segunda mano… y esperar.
Tras eso, toca el proceso de responder a preguntas, quedar con los posibles compradores y negociar. Y aunque la mayor parte de los ciclistas son gente fiable y muchos saben reconocer una buena bicicleta a kilómetros, a menudo toca armarse de paciencia.